Tarimas y Suelos de Madera para Exterior: Maderas, Tratamientos y Productos Derivados
Con la llegada del buen tiempo somos muchos los que nos apresuramos a disfrutar de nuestra terraza, patio o balcón, y los más afortunados incluso de la piscina. También es el momento en que más atención prestamos a los exteriores de nuestro hogar y cuando nos planteamos realizar alguna mejora.
Una de las más frecuentes, también de las que aporta un cambio más significativo, es la de cambiar o incorporar un nuevo suelo. Si bien existen variadas opciones en el mercado, si nos decidimos por un suelo de madera o tarima de exterior conseguiremos un producto con una estética superior, muy confortable y de sencilla instalación.
Una decisión como esta no se debe tomar a la ligera. La elección del tipo de madera y tratamiento es fundamental. Este suelo debe soportar las inclemencias del tiempo durante todo el año. Lluvias, luz solar directa, diferencias de temperatura y humedad, etc. Por tanto no se trata de una cuestión únicamente estética, es también una decisión técnica.
En este sentido, las opciones que con mayor frecuencia recomendamos a nuestros clientes en Tenerife y La Palma, y de manera más general en Canarias son:
Tarima exterior de madera tratada en autoclave
El tratamiento en autoclave para madera, normalmente en pino, consiste en someter a esta a una situación de presión y vacío dentro de grandes recipientes metálicos, donde con la ayuda de sales de cobre se consigue un total secado y sellado de la madera.
Con este proceso se obtiene madera de gran resistencia frente a hongos e insectos, y también frente a la putrefacción. Se trata de un tratamiento que no encarece significativamente la madera. Por tanto, es una opción muy competitiva para tener suelos de madera exterior.
La madera en autoclave normalmente se caracteriza por tener un tono verdoso. Sin embargo este puede ser modificado a posteriori a través de barnices u otros productos, o durante el proceso de producción (si tiene alguna duda a este respecto no dude en escribirnos y le asesoraremos).
Maderas de alta resistencia y tratamientos protectores
Existen maderas, especialmente las tropicales como el ipe, el cumaru o la teca, que ofrecen una gran resistencia de manera natural a la lluvia y el sol, a insectos y hongos, e incluso a golpes. Este tipo de maderas son siempre una buena opción para su uso en exteriores. Tanto para la fabricación de tarimas como para otros elementos como pérgolas o techos.
Si las complementamos con un buen tratamiento protector al menos una vez al año tendremos un suelo de madera para exterior que durará décadas con una apariencia y tacto que difícilmente conseguiremos con otros materiales.
Existen otras especies con las que conseguir buenos suelos de madera para exterior, mucho más comunes y asequibles aunque no con las mismas prestaciones. Algunas subespecies de roble, el cedro o el ciprés son buenas opciones. Para estos casos el tratamiento periódico es aún más importante si cabe.
Respecto a la instalación de suelo exterior de madera se debe considerar el comportamiento natural de la madera y el entorno. Esta se expande y contrae con los cambios en el nivel de humedad y temperatura. Es algo normal y previsible, pero son muchas las personas que lo desconocen y por tanto lo pasan por alto. Lo ideal es informarse y dejarse aconsejar por profesionales sobre el comportamiento que una determinada madera puede tener como suelo de exterior y su instalación.
Derivados de la madera a base de resinas
A través de un proceso industrial donde se incorporan fibras de madera y resinas se pueden conseguir tarimas para exterior, también conocidas como composite, deck o tarima tecnológica. Estas presentan unas muy buenas prestaciones, entre las que destacan su gran resistencia y que prácticamente no requieren mantenimiento.
Su apariencia es similar a la clásica de las tarimas y podemos encontrarlo en diferentes colores y texturas. En algunas ocasiones imitando la madera y en otras en colores como el verde o el azul.
Tiene algunas virtudes que suelen pasarse por alto y que son muy apreciadas entre los profesionales. Por un lado el composite puede trabajarse como si fuera madera. Se puede taladrar, mecanizar o cortar para adaptar a cualquier espacio. Además es sorprendentemente estable.
Este tipo de suelo para exteriores también tiene inconvenientes. Requiere de ventilación, por lo que su uso en patios cerrados no es lo más adecuado. Otro inconveniente que suele nombrarse, pero que solo hay que tener en cuenta en casos de tarimas tecnológicas de baja calidad, es que se calienta bastante, tanto como para impedir caminar descalzo.
Mantenimiento de suelos de madera para exterior
Tanto la madera con un tratamiento en autoclave como las maderas aptas para su en exterior requieren de un mantenimiento periódico. Lo ideal es la aplicación anual de algún barniz protector o similar. Si las condiciones no son extremas este tratamiento puede aplicarse cada dos años. Aunque dependerá en gran medida de la zona donde nos encontremos.
En cuanto a la tarima sintética habrá que seguir las recomendaciones del fabricante. En la mayoría de ocasiones se tratará simplemente de limpiar con agua y una solución no jabonosa. Tal y como si fueran baldosas. También se puede utilizar agua a presión, aunque no a demasiada presión para evitar dañar el suelo.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!