Los suelos laminados son una excelente opción para transformar una casa, una habitación o una oficina de una forma rápida, con una relación calidad/precio muy buena y con mas prestaciones de las que la mayoría de la gente conoce.
Sin embargo no todo son ventajas. Existen una serie de usos o prácticas que pueden reducir la vida útil de este tipo de suelos. Ante esta situación lo mejor es un listado con los posibles pros e incovenientes de los suelos laminados, y utilizar este listado para tomar una decisión.
Ventajas de los suelos laminados
Algunas ventajas de los suelos laminados son muy conocidas. La increíble variedad de diseños y estilos o su facilidad de instalación. Existen otras que no lo son tanto:
- Son una opción duradera. Los pisos laminados tiene una durabilidad más que considerable, de hecho existen fabricantes que ofrecen varias décadas de garantía. Entre los componentes a los que hay que prestar atención de cara a esta durabilidad destacan dos. La calidad del tablero de alta densidad con el que se fabrica cada lama de suelo laminado y la capa protectora exterior. Esta última es la que se usa para establecer un valor en la popular escala AC, que mide la resistencia a la abrasión. Por ejemplo un valor de AC3 significa que un suelo es apto para uso doméstico, un AC5 para uso comercial, y ya podemos encontrar algunos AC6 para usos muy intensivos.
- Fácil de instalar. Sin lugar a dudas se puede afirmar que el suelo laminado es más fácil de instalar que otros tipos de suelos. Sin embargo se ha generalizado la creencia de que cualquiera, incluso personas que jamás han afrontado un proyecto de bricolaje, pueden hacerlo. Y esto no tiene porqué ser así.
- Se puede instalar sobre muchas clases de subsuelos. No es necesario tener un suelo concreto para poder realizar una instalación de suelo laminado. Básicamente será suficiente con que esté seco y nivelado. Se puede instalar sobre cemento, granito, vinilo, maderas, etc. Adicionalmente, el día que decidamos sustituirlo o volver al subsuelo original, al ser una instalación flotante (no está fijado al subsuelo), es prácticamente inmediato.
- Comparativamente económicos. En la comparación con otros suelos, los laminados son una de las opciones más baratas. Aunque como sucede con todo, existen diferentes calidades y precios.
- Gran variedad de prestaciones y calidades. Si bien no es un producto hecho a medida, existen las suficientes variedades como para decir que es personalizable. Los podemos encontrar con diferentes resistencia superficial con el fin de adaptarlo al uso, con mayor o menor resistencia a la humedad en función del destino de la instalación, en diferentes tamaños de lama, etc.
- Multitud de diseños. El hecho de que el diseño o dibujo sea básicamente un papel impreso facilita encontrar cualquier opción. Maderas, óxidos, baldosas, etc. no son un problema.
- Garantías. Los fabricantes de calidad ofrecen periodos de garantía amplios para sus suelos laminados. Estos se cumplen rigurosamente siempre y cuando los usos sean los que estén recomendados y la instalación haya sido la correcta, como es lógico y como se hace en cualquier otro sector. Por ejemplo, una situación que no quedaría cubierta por la garantía, sería el deterioro de un suelo laminado debido a la humedad de un baño cuando este no es específico para zonas húmedas. Tampoco se cubriría una instalación que no haya respetado las juntas de dilatación, un problema frecuente entre instaladores no profesionales.
- Limpieza y mantenimiento sencillo. Una simple mopa o la aspiradora son más que suficiente para el mantenimiento diario. Y periódicamente una fregona con poca agua y productos no abrasivos.
- Son un producto ecológico. Tanto la fabricación, en gran medida a partir de madera, como su reciclaje, al final de su vida útil, son procesos respetuosos con el medio ambiente.
- Hipoalergénicos y antibacterianos. Estas son dos características que se han vuelto frecuente en toda clase de suelos laminados. Además para aquellas personas que tiene mascota son una opción muy a tener en cuenta.
Inconvenientes de los suelos laminados
No existe un material totalmente perfecto, y por tanto, los pisos laminados tienen inconvenientes. Estos son fácilmente salvables si respetamos la recomendaciones y usos que nos describe el fabricante.
- No son aptos para la instalación en todos los lugares. Aunque durante los últimos años los avances de este tipo de productos han permitido que se incorporen sin problemas en las cocinas y baños de nuestras casas, siguen estando vetados en los exteriores o en zonas donde la humedad es excesiva o los accidentes con agua son muy frecuentes, por ejemplo una sauna. Una cosa es que sean resistentes a la humedad y otra muy diferente es que puedan estar sumergidos en agua. Este es sin lugar a dudas el inconveniente del suelo laminado más nombrado. A este respecto debemos tener en cuenta que el suelo no se deteriorará porque en alguna ocasión se derrame algo de agua, el problema lo encontraremos si no lo secamos y dejamos que se filtre, y/o si ocurre frecuentemente.
- Aunque parezca madera maciza, no lo es. No se pisa igual, no suena igual y no se siente igual. Esto necesariamente no es una desventaja, aunque para aquellos que buscan sentir la madera directamente sí que puede llegar a serlo. Para estas personas es posible que prefieran otro producto, por ejemplo la tarima multicapa. En estas, la última capa es una chapa de madera natural, lo que nos permitirá disfrutar de la calidez de la madera, al mismo tiempo que disfrutamos de las ventajas de instalación de la tarima laminada.
- Algunas características adicionales pueden elevar el precio significativamente. Por ejemplo, aquellos que dispongan de suelo radiante no podrán utilizar cualquier suelo laminado, deberán recurrir a algún modelo premium, con el consiguiente incremento en el coste. Y la manta o aislante tampoco será una estándar.
- No se puede reparar. Si se astilla una lama o se deteriora una junta habrá que sustituir. Si te preocupa el coste de esta desventaja del suelo laminado quizás te alegre saber que este coste de sustitución puede ser más barato que con cualquier otro suelo. Compáralo por ejemplo con cambiar una una pieza cerámica o con acuchillar un parquet.