El mobiliario y la arquitectura interior también tienen que pensarse desde preceptos cada vez más necesarios para la evolución de nuestra vida cotidiana: la inclusión y la adaptación. Los espacios evolucionan al ritmo del aumento de la esperanza de vida y están cambiando los diseños de las viviendas.
A la hora de pensar un proyecto o una reforma, es preciso tener en cuenta las necesidades de una población que envejece e incluir en su delineamiento ciertas consideraciones básicas. Para ello, Klein ofrece sistemas correderos que permiten crear espacios amplios y flexibles a los requerimientos de los adultos mayores y para ello, las conexiones amplias y abiertas facilitan la circulación.
Las puertas correderas permiten una luz de paso significativamente más ancha que la de las puertas batientes y cumplen con los requisitos de habitabilidad.
Es importante saber que se puede revertir la lógica de que son habitantes que se deben adaptar a los hogares y no los hogares a las realidades de los habitantes. Las hojas correderas de mayor dimensión, con ausencia de marco, puertas que desaparecen en la pared y suelos impolutos sin nada que los obstruya son una expresión de que podemos construir espacios que respeten e integren a adultos mayores y personas con discapacidad.
Los diseños deben adaptarse a una serie de capacidades y tamaños corporales, teniendo en cuenta la comodidad y el bienestar de quienes habitan las viviendas. Las puertas correderas simples, enfrentadas o, incluso telescópicas, permiten configurar luces de paso a medida, y disfrutar del ancho necesario para circular con comodidad, ya sea con bastón, muletas o silla de ruedas. Los sistemas KLEIN están libres de guías en el suelo: sin barreras arquitectónicas, disminuye el riesgo de tropezar. Además, presentan la gran ventaja de no necesitar lugar para el barrido, aumentando los metros disponibles.
Para conseguir aumentar la visión y la sensación de confort puedes instalar puertas y frentes acristalados que faciliten la difusión de la luz natural incluso en las zonas más interiores de la vivienda. Combina la entrada de luz natural y la luz artificial suave para lograr mayor confort visual y táctil.
Apertura y cierre de puertas amigable
Para lograr desplazarse con comodidad y autonomía, a pesar de las dificultades que se pueden tener por diversas limitaciones en la movilidad, es posible reducir el esfuerzo de apertura de puertas. Los sistemas correderos KLEIN gracias a su ingeniería, logran bajar al 1% del peso total de las puertas. Significa que si la puerta pesa 100 kg, el esfuerzo requerido para deslizarla será, como máximo, de 1 kg. Además, el Klein Soft Closing System que llevan incorporado garantiza una detención suave y controlada, evitando golpes y rebotes.
Accesibilidad prioritaria también en el cuarto de baño
Al llegar a una edad avanzada, suelen aparecer algunos inconvenientes de salud, como la incontinencia urinaria, por lo que resulta indispensable facilitar el acceso al cuarto de baño. Por lo tanto. Cada detalle puede sumar o restar al bienestar. Por ejemplo, si el tirador de la puerta es de acero, el contraste entre la temperatura ambiente y el metal frío puede estimular la incontinencia. Para resolver este problema, los manillones de madera como Nature de Klein son perfectos para adaptarse a la temperatura corporal y no crear contrastes al contacto con la piel.
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